martes, 10 de julio de 2007

Todo en la vida son cambios

Desde que naces, cambias, que si del hospital a tu casa, que si de pañal o de si la cuna al corral, etc., luego que si de escuelas, donde conoces gente que en esos momentos son importantes para tus relaciones y que influyen en tu personalidad, cambias de ropa por estar a la moda, de amistades, o por que ya te fuiste a la universidad o por que ellos se cambian de lugar de residencia, cambias de manera de pensar por que aprendes a razonar la vida, por que ya dejaste de ser el niño juguetón, cambias tus hábitos alimenticios por que ya no es lo mismo comer hamburguesas que un buen filete, te cambias de casa cuando te casas, y tal vez hasta de ciudad, luego vas de un trabajo a otro en lo que encuentras el ideal para ti y así te podría decir un sin fin de cosas.

Pero... lo que no se debe de cambiar es el amor a uno mismo y a los demás, una buena amistad y un atardecer, la buena música y un buen libro.

Aunque a veces nos resistimos a los cambios, debemos verlos favorables por que nos ayudan a crecer y aprender.

Por eso pronto cambiaremos la oficina a un lugar no tan tranquilo como el de ahora, pero diferente que nos traerá nuevas experiencias y aprendizajes